TRATAMIENTOS FACIALES

Tratamiento del Acné

El acné es considerado una condición inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea de la piel, caracterizada por la formación de pápulas, quistes, comedones, pústulas y, en algunas ocasiones, nódulos o cicatrices; que juega a su vez, un papel importante en la autoestima de quien lo padece.
Los factores involucrados en la formación de las lesiones acneicas son fundamentalmente tres:
  • Hiperseborrea: Es un aumento de la producción de sebo por parte de la glándula sebácea como consecuencia de una acción hormonal mediada por andrógenos.
  • Hiperqueratinización: Es la formación de comedones abiertos y cerrados, como consecuencia de la proliferación acelerada y anormal de los queratinocitos de las glándulas sebáceas.
  • Proliferación bacteriana: A causa del exceso de sebo y de la hiperqueratinización se crea un ambiente anaerobio que favorece la proliferación bacteriana de algunas bacterias integrantes de la flora cutánea normal, como son Corinebacterium acnes y Propionibacterium acnes.

En la aparición de esta condición crónica de la piel, también juegan un papel importante los factores genéticos y hereditarios, estados psicológicos y emocionales de la persona, importantes cambios hormonales dados por embarazo o menstruación, así como intolerancias alimentarias y problemas de la microbiota intestinal.
¿Qué tipos de acné existen?
La clasificación del acné la realizamos en función de la gravedad de las lesiones. En este caso se distinguen tres tipos:
  • Acné leve: se caracteriza por la aparición de comedones abiertos (puntos blancos) y comedones cerrados (puntos negros) que afectan únicamente a la piel del rostro.
  • Acné moderado: Predomina el componente inflamatorio y la presencia de pápulas y pústulas. Las pápulas son elevaciones de la piel producidas por la obstrucción del folículo de la glándula sebácea; mientras que las pústulas, son lesiones con contenido de pus en su interior.
  • Acné Severo: predomina las lesiones altamente inflamatorias con número variable de comedones, varias pápulas o pústulas y lesiones noduloquísticas internas. Es la fase que genera mayor cantidad de cicatrices. El nódulo, es una lesión grande, sólida y profunda; mientras que el quiste es una lesión dolorosa de contenido blando y superficial.

Existen en la actualidad múltiples opciones terapéuticas que se pueden ofrecer al paciente que sufre ésta condición, es por ello que el diagnóstico exhaustivo de las lesiones por parte de un profesional médico es la parte más importante para definir la conducta a llevar a cabo, que nos permita en definitiva recuperar la piel, frenar el proceso inflamatorio y tratar las lesiones residuales.

La finalidad del tratamiento farmacológico es curar las lesiones anteriores y prevenir la formación de otras nuevas, lo que se consigue regulando la secreción sebácea, evitando que los folículos pilosos se obstruyan, disminuyendo la inflamación y evitando la proliferación bacteriana. En general, se debe implantar una cosmética específica para cada tipo de acné, empleando en los casos leves un tratamiento tópico para las lesiones, así como en los moderados a severos, la combinación de tratamiento tópico y oral. De manera simultánea, la medicina estética nos ayuda a recuperar la piel de los pacientes con patología de acné, mediante herramientas indispensables como los peeling químicos y las fuentes de luz como el IPL.

Estos tratamientos nos ayudan a reducir el brote, la inflamación, la proliferación del acné así como tratar lesiones postinflamatorias y cicatrices residuales.

Dependiendo del tipo de acné presente, se establecerán pautas de peeling químico o de IPL mensuales, con el objetivo de generar un remodelado de la capa superficial o media de la piel, que nos permita de forma continua barrer lesiones anteriores y dar paso a una piel nueva libre de manchas y de lesiones residuales.

¿Cómo será este tratamiento?
Microneedling (Terapia de inducción de colágeno con microagujas) La terapia de inducción del colágeno con microagujas es una técnica que consiste en la penetración de pequeñas agujas a nivel de la piel, cuya medición es de aproximadamente 0,5 a 3 mm (dependiendo de la zona a tratar) y que se aplican a través de un dispositivo eléctrico denominado dermapen, logrando los principales objetivos:
  1. Crear pequeños canales en la piel con el fin de favorecer la penetración de múltiples principios activos que nos interesen, dependiendo de las necesidades de la piel del paciente como el ácido hialurónico, la vitamina C, el retinol, entre otros; generando un efecto antiarrugas, iluminador y tensor.
  2. Estimular la formación de colágeno y elastina por parte de los fibroblastos, ayudando así a recuperar la elasticidad y firmeza.

Es por lo que esta técnica de aplicación de medicamentos es utilizada en múltiples problemas dermatológicos, permitiendo mejorar las cicatrices residuales de acné, los poros dilatados, las arrugas finas y la flacidez facial.
¿Cómo queda recién hecho?
El tiempo de recuperación de la piel es muy corto, siendo el efecto adverso más frecuente la aparición de un eritema en la zona de aplicación del dermapen, que dura entre 24 y 48h y que puede disimularse con maquillaje corrector.